Los que editan esta pequeña revista quieren dedicar, a partir de este número, un homenaje a tod@s y cada un@ de las personas que, día a día, van a trabajar para sacar adelante sus vidas; a esas personas que tienen que estar pendientes de producir, de cumplir el horario; a esa gente que tiene que estar pendiente de que el jefe no se mosquee y les eche la bronca, con el miedo siempre de perder su trabajo. Queremos homenajear a la gente, que si cumple su horario de trabajo, y hace mas horas siempre sabiendo que en la nomina no van a ser declaradas, cualquiera dice que no. Queremos homenajear a esa gente que saca adelante su vida y la de sus hijos, sabiendo que nadie les apoya, el jefe aprieta para que produzcan más y así él ganar más dinero. Esa gente que cuando tiene problemas laborales se siente sola, porque las direcciones sindicales, en demasiadas ocasiones les dan esta solución: que aguanten y busquen como salir adelante. Queremos homenajear a esa clase trabajadora que desgraciadamente durante los últimos 30 años han recibido el mensaje de que lo suyo es un fracaso, que es un fracaso ser honrado y vivir de tu esfuerzo, de tu compromiso, que es un fracaso conseguir sacar adelante a tu familia con cuatro duros. Les decían que eran unos fracasados mientras, ponían como ejemplo a esas gentes que se dedican a especular con el trabajo de los demás, a vivir del robo, o sea de la plusvalía, a los empresarios; también a esos burócratas políticos que viven de servir a los que mandan, mientras mienten y engañan a la clase trabajadora. Vivimos en una sociedad donde los ejemplos son los especuladores, los explotadores, la gente que se hace rica sin escrúpulos.
Por eso esta sección, para rendir homenaje a ese trabajador de 64 años que desde los 15 años esta trabajando; primero de chico de los recados, luego se fue a centro Europa a la emigración a trabajar en una fabrica por que aquí no se podía vivir; luego vuelve ya padre de dos hijos y sigue trabajando, durante varios años pluriempleado, y así ha sacado a sus hijos adelante, con miedo a perder su trabajo, levantándose todos los días siempre dispuesto a cumplir con sus obligaciones. Viendo, día a día, como él que se lo curra y sus compañeros, van tirando con sueldos muy ajustados, mientras la empresa se forra y disfruta del fruto del trabajo de sus trabajadores.
Este trabajador es un ejemplo en una sociedad que ha encumbrado a parásitos, que a base de latrocinio, trampas y desvergüenza han acumulado capital producido por esa clase trabajadora a la que, entre la derecha y sectores de la seudo izquierda han apartado del centro del ejemplo social. Pero es lógico los que mandan no pueden dejar sacar la cabeza a esa fuerza social que debe estar llamada a cambiar el orden social, económico y político.
jueves, 6 de noviembre de 2008
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