miércoles, 2 de julio de 2008

NECESITAMOS TRABAJO.

Esta frase que puede parecer un tópico, es una necesidad perentoria en el medio rural de nuestra provincia.

Esta la podrían suscribir seguramente todas las formaciones políticas de todos los signos e ideologías, pero aun así, no se la puede desprestigiar.
Claramente, la despoblación de nuestros pueblos no es por casualidad, ni mala suerte.
No podemos echar la culpa a las divinidades, cada uno la suya, como responsables de nuestro desamparo, de encontrarnos en el paro, de no ver posibilidades de prosperar nuestra vida en la tierra en la que nos parieron, que amamos, desde las raíces hasta el cielo, con todos sus seres, su fauna y su flora.
Ante un panorama así, que podemos esperar, no nos dan muchas mas opciones, el tener que emigrar.
Todos los datos, nos muestran como el paro sigue aumentando, especialmente entre las mujeres, un sector social, siempre discriminado.
Todo esto a pesar de que se cita que se crea empleos, pero claramente estos son de tiempo parcial, con muy escasas horas semanales o muy temporales, en las que por un mismo empleo puede pasar mas de una persona alternativamente.
Junto a esto hay pensar en la economía sumergida que no se declara a Hacienda, y que tampoco da para vivir decentemente, en esta las mujeres encuentra mayor empleo en precariedad, dando lugar al fenómeno de la feminización de la pobreza, del cual les es muy difícil salir.
Pero estas son otras cuestiones, que se irán tratando.
Como íbamos diciendo, la despoblación que hay en el medio rural es escandalosa, y a pesar que esta claro que el desempleo es la causa principal de esta despoblación, sigue habiendo políticos interesados en los partidos gobernantes PP y PSOE, que nos quieren hacer creer que la culpa la tiene la falta de procreación de hijos, tienen todavía la desfachatez de contarnos estos cuentos para evitar sus responsabilidades y trasladarnos su culpa.
Claramente, se tienen menos hijos, al haber una población sumamente envejecida que no está en edad de tenerlos.
Ante este problema, nos quieren meter también la idea de que la solución es la atracción de nueva población inmigrante que “repueble” nuestro medio rural.
Pero antes, volvemos nuevamente al tema anterior, qué empleo se puede ofrecer a estas personas para quedarse a vivir aquí. Él único trabajo que suelen conseguir es aquel más desechado y explotado, como la ganadería, especialmente en el pastoreo, donde no hay días libres, un trabajo esclavo y mal pagado, que escapan de el en cuanto pueden arreglar sus papeles. Y el trabajo doméstico, sin seguridad social.
Nos han querido vender que la solución a la despoblación es el turismo rural, los muchos cultivos “alternativos”, como la remolacha, el maíz, los regadíos en general, el girasol, el espárrago, ahora nos quieren enseñar como los transgénicos y los agrocombustibles, nos van a arreglar todo.
Pero los pueblos siguen perdiendo población, seguimos emigrando.
El medio rural, tradicionalmente poblado de trabajadores agrícolas, campesinos, está dejando de serlo, por diversos factores, pero una fundamental, es la Política Agraria Común, que fue continuadora de una agricultura industrial, que produce alimentos de baja calidad y grandes cantidades, que hacen peligrar la salud pública, con numerosos problemas sanitarios, de enfermedades que han sido publicamente reconocidos, como “las vacas locas”, “la lengua azul”...
Esta agricultura planeada por los poderes políticos, está siendo promovida para el beneficio de las agroalimentarias de la distribución y la comercialización en pocas manos, en súper/hipermercados, grandes industrias agroalimentarias, que imponen sus precios según sus intereses sin tener en cuenta los costes de producción de origen.
Es curioso que justamente aquellos que distribuyen, y manufacturan las materias primas, también son los mismos que producen los piensos, los minerales, en general los inputs agrícolas, y son los mismos que también controlan sus precios, imponen “su ley”, “su dictadura”.
La realidad es muy compleja, y se irá tratando de analizar poco a poco.
Lo que si nos deja claro, con lo anteriormente dicho, es que el capitalismo oligopolista que el Estado esta imponiendo de manera poco democrática, esta suponiendo una “reconversión silenciosa” en la que los sindicatos patalean sin convencimiento, a la vez nos intentan convencer que hay que seguir colaborando con esta política macroeconómica a cambio de subvenciones paliativas.
No quieren sacar a la palestra la verdadera necesidad de crear empleo mediante la promoción y creación de empresa pública en la industria agroalimentaria que aproveche nuestros recursos autóctonos y tradicionales,


respetuosos necesariamente con el medio ambiente, en un empleo descentralizado de centros de trabajo afincados en localidades que tiren de la economía local, comarcal y su consumo, estableciendo población con un empleo digno, estable, que cree esperanza y emprendimiento que crea en nuestro futuro.
Estas empresas públicas en el sector de la agroalimentación, deberían ante todo:-Luchar por la dignidad de los campesinos, comprando sus productos a un precio justo.
-Promover la agricultura ecológica, en sus diversos aspectos:
-Educación ambiental de la población rural y urbana.


-Concienciación de los consumidores sobre los beneficios de los alimentos ecológicos.
-Enseñanza formal y no formal de la agricultura ecológica, impartiendo estudios reglados y no reglados a la población.
-Debería ser una empresa de comercialización de productos ecológicos que integrase los alimentos ecológicos en todas las facetas y necesidades diarias de la vida, empezando por los comedores escolares, que son competencia propia de la administración.
-Promoción de asociacionismo de productores y de consumidores.
-Reforma agraria, en la que se distribuya el uso de la tierra para quien y/o quiera


trabajarla, expropiando las tierras infrautilizadas de los latifundistas para el uso comunal.
-Defender el derecho a la soberanía alimentaría, con la que defender el derecho de la sociedad a producir sus propios alimentos más básicos sin supeditarse a los caprichos y autocracia de los oligopolios, que hacen política para su propio único beneficio contra el interés general.
Este interés general es por el que tiene que defender la empresa pública, para el beneficio de los consumidores y población trabajadora.

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