Si me permiten iré al grano, aunque este tema tiene miga para dar y tomar. Servidor lleva escuchando, desde que tiene uso de razón, sesudos análisis e imaginativas ocurrencias para reflotar a una provincia que se hunde lentamente en las gélidas aguas del capitalismo globalizado. Recientemente el señor Cuevas, patrón de los patrones, (aunque no sea precisamente un santo y por cierto tampoco sea empresario) nos venía a repetir ese viejo chiste que encima no me hace puñetera gracia de que a Zamora le faltaban... infraestructuras. Según él, con un chorro de autovías más unas gotas mágicas de AVE nos saldría un rico cóctel con dulce sabor a futuro; traducido: una avalancha de empresarios encantados de invertir en esta tierra. Desgraciadamente este argumento es compartido por demasiada gente, tal vez también usted que lee estas líneas. Este humilde artículo sólo pretende hacer reflexionar y por supuesto incitar a la acción y la rebelión ciudadana (casi nada en estos tiempos de telebasura y apatía hábilmente inoculada por quienes se benefician de que todo siga igual) y para ello les lanzo una pregunta clave: ¿Puede sobrevivir una zona que no reune atractivos para la inversión privada en el contexto de unas políticas económicas neoliberales que dejan en manos del mercado desregulado y de esa iniciativa privada todo el peso de la inversión productiva y la creación de empleo?
Mi respuesta es rotundamente que NO. Por eso, sólo unas políticas nítidamente izquierdistas que incluyan -entre otros muchos aspectos básicos- la recuperación del papel que debe de tener la empresa pública en el desarrollo territorial (especialmente de las zonas más desfavorecidas) y la redistribución de la riqueza romperán el aparente callejón sin salida en que nos encontramos. Obviamente esa derecha neofranquista que tenemos el disgusto de conocer y sufrir y que se llama Partido Popular está en las antípodas de esto, como buena y leal defensora y representante de los intereses de los de arriba; y esa pseudoizquierda hipermoderada que responde al nombre de socialdemocracia (en el Estado español el PSOE) no se lo cree porque hace mucho que se convirtió en el ala progre del sistema. La diferencia es que no se le pueden pedir peras al olmo (leasé PP) y en cambio la participación/presión social organizada y la presencia, actualmente inexistente porque IU no cumple ese papel, de una fuerte oposición de izquierda anticapitalista en el Parlamento pueden forzar a los socialistas a variar sus políticas, al menos hasta cierto punto.
Volviendo al eterno señor Cuevas, hay que decirle que si, que el desarrollo provincial efectivamente pasa por la inversión pública, pero en forma de:
a) incremento de los servicios sociales y medioambientales (gestionados públicamente y creadores de un empleo útil en sanidad, educación, atención a los mayores y dependientes, protección de la naturaleza)
b) infraestructuras de transporte, pero basadas en el ferrocarril convencional, social y ecológico (con dos ejes básicos en la reapertura del tren vía de la plata y en el TVA, el cual alcanza velocidades no muy lejanas al AVE y permite el transporte de mercancías pero no tiene las desventajas de ese monstruo elitista y devorador de energía que es el tren de alta velocidad)
c) y por encima de todo y como pilar sobre el que asentar una estrategia correcta para sacar adelante a esta maltrecha provincia, una GRAN EMPRESA ESTATAL
Sólo una empresa lo suficientemente potente cómo para crear un número importantísimo de empleos directos y atraer a su alrededor a PYMES privadas que serían las responsables de la creación de otros tantos indirectos, puede paliar la lacras de la despoblación y el subdesarrollo en una zona que algunos han resuelto condenar a una lenta agonía con lúgubre final.
Esa macroempresa no puede ser de capital privado porque en la competición con otros territorios para atraer inversiones Zamora no tiene ventajas comparativas y por tanto lleva las de perder; para los que insistan en esa posibilidad sólo decirles que en ese improbable caso, la multinacional de turno nos chantajearía con la constante amenaza de largarse con viento fresco a otros lugares con menor carga fiscal, peor legislación laboral, menores restricciones medioambientales... Otras partes del Estado conocen bien esta dinámica, la penúltima Cádiz con la factoría Delphi.
Algunas características que en mi opinión debería presentar “nuestra” empresa son:
100% capital público.
Creación de no menos de 1000 puestos de trabajo directos.
Prioridad en la contratación para mujeres y para determinados colectivos.
Compatibilizar la presencia de empleos con diferentes grados de cualificación para que aparte de ser un dique que contenga el éxodo de zamoran@s, pueden regresar parte de los que se fueron por falta de expectativas.
Sector de actividad no agresivo con el medioambiente ni con otros pueblos (no queremos instalaciones nucleares ni fabricar aviones de guerra ¿verdad?)
(Podemos comprobar que la empresa tecnológica que nos anuncia Zapatero no cumple las condiciones 1, 2, 4, y muy probablemente tampoco la 3; en cuanto a la 5. necesitaríamos tener una información mas concreta que las que nos proporcionó el presidente del gobierno. Por tanto, bienvenidos esos 300 nuevos empleos, pero aquí estamos hablando de otro medicamento mucho mas contundente.
Una fortísima inversión del Estado cuyo punto central fuera esa empresa pública permitiría dinamizar la economía provincial y empezar a cambiar nuestro torcido rumbo. A partir de ahí podríamos empezar a hablar de otros muchos ejes importantísimos pero que por si solos no son la solución (el turismo rural integrado y respetuoso con su medio natural y cultural, el turismo urbano vinculado principalmente al románico y con originales y modernas campañas publicitarias, la agricultura ecológica, el cooperativismo agrario y la industria agroalimentaria, etc, etc, etc).
No podemos rendirnos, pero la lucha requiere necesariamente de la implicación de la clase trabajadora y sus organizaciones, del pequeño campesinado, de un movimiento vecinal no domésticado como el actual, de la juventud, de los trabajadores por cuenta propia, del asociacionismo reivindicativo... en torno a propuestas contundentes que vayan a la raíz de nuestros graves problemas (y que no pierdan de vista que el PROBLEMA con mayúscula sigue siendo la existencia de un sistema económico basado en la explotación de las personas y de la naturaleza y cuyo objetivo no es satisfacer las necesidades sociales sino el enriquecimiento de una minoría que decide qué, cómo y para quien se produce).Considero que lo aquí expuesto va en esa línea. El tiempo corre en nuestra contra y la propuesta queda ahí; tal vez merezca la pena empezar a debatirla y a pelear por ella.
martes, 1 de julio de 2008
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